La carencia de facultativos es desde hace tiempo el factor limitante de la calidad asistencial en Asturias. Los números son tozudos. En estas declaraciones, la Consejería sigue instaurada en el optimismo. No es malo, no vamos a empezar al legislatura con malos augurios, pero la velocidad se demuestra andando. Aún tiene que empezar por definir su organigrama, que necesitamos interlocutores . Y luego cumplir todos los términos de los acuerdos firmados, que son la clave de que este año la sangría médica no haya sido mortal. En eso estamos de acuerdo, valga la redundancia, pero claro, como la siguiente promoción vea que todo se desvanece, adiós al recambio. Es una situación en equilibrio muy inestable. Fiar mucho a la estabilización, cuando la inmensa mayoría de los que obtendrán plaza ya están trabajando, es otro plus de optimismo, y no hablamos de las causas que motivan el escaso atractivo de según que plazas, actual criterio fundamental para elegirlas o no. Ni tampoco que el retraso en las medidas para favorecer traslados de otras CCAA está en el limbo, y este año solo hemos ganado por ese mecanismo 2 facultativos en términos absolutos. Y con todo esto, prorrogar a los jubilados, por más que ahora sean necesarios, no es la solución mágica. Entre otras cosas, es voluntaria.
Enlace a la noticia: https://www.elcomercio.es/asturias/sanidad-publica-asturiana-cuenta-203-medicos-retrasado-20230818012259-nt.html
«Hay muchas medidas para revertir la falta de profesionales sanitarios». La consejera de Salud quiso así disipar las dudas manifestadas por el Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa), que considera «demasiado optimista» la previsión de que, a partir de 2024, empezará a revertir el actual déficit de facultativos. El colectivo incluso aportó el dato de que Asturias tendrá a la vuelta de dos años 56 médicos más, cuando en realidad se necesitan 540. «Una ganancia pequeña», advierten.
Ayer, en una visita al área de Pediatría del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), la consejera de Salud le ponía puntilla a esa advertencia, basada en el número de jubilaciones previstas -284 entre este año y el que viene- y las 340 incorporaciones que se producirán a través de los médicos internos residentes (MIR). «Pero es que existen otras muchas medidas para que la situación pueda empezar a mejorar a partir de 2024», incidió Concepción Saavedra.
En ese «conjunto de medidas» la consejera incluyó la oferta de empleo público que estabilizará a casi el 90% de la plantilla del sistema nacional de salud y que «va a atraer a profesionales de fuera». También el concurso de traslado continuo, al que se acogieron el año pasado 25 médicos de otros puntos de España, y el acuerdo alcanzado con los sindicatos sanitarios para mejorar las condiciones salariales de los trabajadores de la sanidad pública asturiana: «El año pasado vinieron a Asturias 25 residentes que terminaron su especialización en otras comunidades». Es decir, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) «es ahora más atractivo para trabajar», sostiene la consejera.
Pero, entre las circunstancias que ayer apuntaba Concepción Saavedra para justificar esa previsión que el Simpa tacha de «demasiado optimista», destaca el hecho de que «ahora mismo tenemos a 203 médicos con prolongación de la edad de jubilación». Una posibilidad, la de la ‘jubilación activa’, que se ha convertido en fundamental para neutralizar los efectos colaterales de tener una plantilla de médicos muy envejecida, además de escasa.
«Es un conjunto de medidas que nos va a permitir empezar a darle la vuelta a la situación a partir del año que viene», se reafirmó Concepción Saavedra, que aprovechó la ocasión para volver a recordar que «fue un Gobierno del PP el que tomó la mala decisión de recortar las plazas de médicos en formación aún sabiendo que íbamos a tener muchas jubilaciones» de médicos. En el caso de Asturias, serán 139 este año y 145 el que viene. «Estamos hablando de una situación que ocurre en toda España», puntualizó la consejera de Salud.
Fortalecer los recursos humanos de la sanidad pública asturiana es un reto que condicionará la hoja de ruta que Concepción Saavedra se ha marcado para esta legislatura. Su idea es reorganizar dispositivos y redistribuir recursos para diseñar un nuevo ‘mapa sanitario’ en Asturias, que ahora se rige por un modelo aprobado hace ya cuarenta años.
También está previsto un plan estructural contra las listas de espera y, según anunciaba ayer, un nuevo plan sociosanitario con el que «sigamos desarrollando lo aprendido en la pandemia, cuando el ámbito social y el ámbito sanitario hicimos frente en común». Se trata, detalló Saavedra, de propiciar «una verdadera coordinación sociosanitaria donde incluso haya estructuras comunes que hagan de nexo de unión».