Así nos encontramos los médicos de Atención primaria un día cualquiera en plena epidemia de gripe. Sin tiempo para respirar, por no decir otra cosa, y con el nivel de stress aumentado que conlleva la posibilidad de cometer errores graves… ¿y a quién le importa eso?
De una parte nuestras autoridades sanitarias les cuentan a los periódicos y otros medios de comunicación que refuerzan… no se lo que reforzarán, pues yo me veo más solo que la una atendiendo dos consultas y cada vez que abro la puerta estoy a punto de entrar en modo “pánico” al observar la sala de espera a rebosar, ver la agenda y los domicilios en la pantalla del ordenador; amen de las interrupciones telefónicas persistentes desde el área administrativa por diversos motivos, muchos de ellos tremenda y excesivamente, banales.
En otro lado la oposición/agrupaciones que aprovecha cualquier motivo para tirar los trastos a la cabeza a la Administración haga lo que haga y como lo haga, independientemente de que sean decisiones adecuadas o no, tratan de desgastar a los gestores actuales no con un fin constructivo , si no todo lo contrario. Consecuentemente, la administración intenta minimizar los daños infringidos desde la oposición, en muchas ocasiones, no tomando medidas correctas/adecuadas al momento debido a la critica, fundada o no, de tal oposición/agrupación.
De otra parte las Gerencias apagando fuegos entre la espada y la pared como pueden, malpueden o malsaben ante la falta de presupuesto, sustitutos, nuevas ideas y/o maniobras que permitan soslayar tales magnitudes de agenda que solo benefician el aumento de riesgo para los pacientes y el burnout anticipado del profesional.
No nos olvidemos de la conciencia colectiva y más antisocial de algunos -no pocos usuarios- que esto de la epidemia, la falta de médicos, la saturación de consultas y que pacientes complicados y complejos tengan que esperar para arreglarles a ellos un informe de la Ley de la Dependencia para mamá y así sacar unos Euros para su causa les importa bastante poco y deciden citarse como “urgentes” para arreglar el papelín ¡o para hacerse un colesterol en plenas navidades!. Claro, el problema es que si se lo hago tardo mucho menos que en discutir con él y después rellenar una contestación a la reclamación del “usuarioquehaydelomiomeimportaunpimientoelotro” y en la que tardo, por lo menos, media hora siendo ágil con el teclado.
Y ahora viene la crítica propia hacia mi, como medico asistencial, que he asentido y consentido perder el liderazgo de mi propia consulta en aras del “Equipo” multidisciplinar donde todo acaba en el médico y no tengo ninguna potestad de mando ni de organización sobre mi propio trabajo y mucho menos sobre la organización de “el tal Equipo”. Donde no existe Coordinador (ya la palabra suena mal) o si lo hay es un mero correo el sistema sin dotes ni capacidad de organización o mando alguno, salvo muy escasas excepciones. De hecho, hay muchos Centros de Salud sin él y ni el Equipo tiene interés ni a las gerencias de turno les importa como así lo demuestra que haya Áreas Sanitarias con más del 80% de sus EAP´s sin Coordinador durante muchos años y gerencias sucesivas
… ¿y a quién le importa eso?