Tras las declaraciones de nuestra ministra de Sanidad favorita de que esta legislatura se eliminarán las guardias de 24 horas, se ha desencadenado mucho interés por un tema tan sensible. Sería estupendo que con ello se solucionase todos los problemas del modelo de guardias médica pero no siempre es así. Vamos a ver si aclaramos ciertos conceptos, desde nuestra ventana:
- Pasar a 12 horas es necesario por cuestiones de salud laboral, y evitar errores asociados al excesos de trabajo, eso no lo duda nadie, pero en este momento actual necesita acompasarse con otras medidas tan importantes como ello, de lo contrario, será contraproducente. Previa, o simultáneamente, hay que solucionar otros graves problemas.
- El primero, el número insuficiente de profesionales que hacen guardias. Tenemos un número muy insuficiente de facultativos, y muchos de ellos (más de la mitad, nos acercamos al 60%) están exentos ya por edad o por cuidado de hijos, salud, etc. El cambio implicaría que por ejemplo en lugar de una guardia de 24 horas un fin de semana tienes dos guardias de 12 horas en dos fines de semana. Peor para la conciliación.
- El segundo, analizar la carga de trabajo de las guardias, no todas son iguales: entre las peores actualmente están las de atención primaria urbana, que son de 5 y 12 horas, ´mientras que las rurales de 17 y 24 tienen una carga razonable. Por lo tanto, la duración per se no implica la bondad de la guardia. La guardia en muy pocos sitios es “expectativa de trabajo”, que es cómo se definió cuando comenzó este modelo. La mayoría son trabajo intensivo, y eso se solucionaría con más efectivos en el punto de guardia. Cambiar 24 horas mortíferas por 12 x 2 horas mortíferas no cambia el sentido que la misma ministra les dio a las sobrecargas laborales: “mataderos de vocaciones”, Frase que suscribimos, y que debería haber pagado Copyrigth a nuestro Presidente de Atención Primaria,
- El tercero, el aspecto retributivo: la retribución de la obra de guardia, es inferior a la Tratándose del equivalente a “horas extraordinarias”, además obligatorias, tienen un precio sustantivamente inferior a cualquier hora extraordinaria. Y no olvidar que representan entre el 30 y el 50 % del salario total de un facultativo, por lo que habría que plantearse disponer de unas buenas retribuciones básicas y no permitir que el salario dependa este trabajo complementario.
- Finalmente, el impacto en la jornada y la compensación por penosidad. El trabajo de guardias implica unos descansos complementarios, las libranzas, que al menos ajustan un poco el horario de trabajo completo y que se perderían con el paso a 12 horas. Y hay que tener en cuenta que en este caso no solo no se compensaría la jornada de ninguna manera, sino que además nunca han computado ni un solo minuto de las guardias para la jubilación. No hay un coeficiente corrector, como otras profesiones que permita valorar el tiempo que has trabajado como guardia -3 o 4 años encerrado como poco- y facilitarte así la jubilación anticipada.
En definitiva, mucho que desbrozar antes de llegar a la flor de las 24 horas. Dejarlas en 12 horas, sí, pero con atención a todos esos factores. A la ministra se le supone la mejor intención, pero también nosotros suponemos que al final cada Comunidad Autónoma tendrá que adaptarse a las condiciones y necesidades de sus facultativos. Recordemos, por si acaso, que la manu militari nunca equivalió a la mano izquierda.