En las zonas turísticas la demanda asistencial se multiplica exponencialmente cada año, cualquiera que se haya pasado por las piraguas, el Xiringüelu, o que ayer, un caluroso Domingo, intentase ir a la playa, entenderá la situación. Y siempre llega la misma tormenta de verano: faltan 100 Médicos de Familia en la plantilla del SESPA.
La demanda asistencial, ya en el límite, se dispara por el aumento de la afluencia turística al Paraíso Natural, esto crea la tormenta perfecta para que la asistencia en Atención Primaria se resienta, y mucho. Entre otros factores a tener en cuenta, este año los residentes no han terminado aún su formación, por lo que a la carestía basal de médicos se suma este déficit adicional. Y no nos olvidamos de que los médicos, como el resto de seres humanos, también tienen derecho a descansar: las vacaciones. Aunque ya sabemos que muchos consideran que, a los médicos, y más en la Sanidad Pública, habrían de ponerles una bola de hierro al pie, y no tendrían que tener derecho ni a replicar, pero afortunadamente con tales descerebrados no hablamos ni negociamos.
El aumento de la demanda ordinaria, es decir, la que se produce en los cupos habituales en horario de mañana para cubrir el periodo vacacional, se intenta compensar mediante diferentes fórmulas: acumular los cupos, realizar tardes de demora, que se ofertan incluso en otros centros, y demás malabarismos para que la lista de espera no se dispare y así poder irse de vacaciones con la conciencia vocacional tranquila. Todo eso hace que por la mañana los profesionales tengan que atender agendas muy superiores a las teóricas.
Sorprendentemente, hay un elixir ancestral, preparado por los druidas estadistas de Salud Pública, que otorga el poder de ver el mismo panorama, pero sin la desolación que lo inunda. De su mirada embriagada se hacen eco los bardos de la prensa porque al final, la estadística es el arte de retorcer los datos hasta que digan lo que quieres oír. El arte de las “medias”, aplicadas sin impunidad, hace que cuando en algunas zonas del interior baja la afluencia mientras en las zonas turísticas se dispara, al final el promedio sale exactamente igual. Trapecistas de los números. No se olviden que los mismos embriagados de elixir, allá por Navidad, confundían epidemiología y presión asistencial. EL SESPA NO SABE MATEMÁTICAS solo ve lo que quiere ver.
Nosotros ya hemos puesto soluciones sobre la mesa, empecemos por lo más acuciante: la atención continuada (las guardias). El turista, o el desplazado, no espera la demora de 24-48h en la asistencia (y muchas veces el vecino tampoco, para qué vamos a engañarnos) y salta directamente a la pista: vamos a urgencias por la tarde… o por la noche después de la fiestuqui. Y claro, si hay que cubrir todos los puntos de atención continuada, no da ni para empezar con los médicos que tenemos. ¿Solución? Ya estamos roncos de decirlo: reordenar los puntos de atención continuada. No hace falta “cerrarlos”, solo hay que concentrar temporalmente a los profesionales en los centros que garanticen unas distancias de acceso prudentes, de modo que, si hay que atender uno o varios domicilios, el centro no quede descubierto durante horas, asumiendo el riesgo de que entre por la puerta una o varias urgencias que requieran asistencia con mayor inmediatez.
Pues esta solución, nada difícil de entender, se ve como algo extraordinario e indeseable por las autoridades sanitarias , a fin de cuentas es mucho mejor seguir abusando laboralmente de los médicos: A MÁS DEMANDA, MÁS EXPLOTACIÓN MÉDICA. (Siempre es más fácil tirar de elixir). Que están equiparando horas de guardia por “necesidades del servicio” nos consta, pero la suspensión de vacaciones esperemos sea una licencia periodística por el bien del SESPA. Es más fácil abusar que concentrar, por lo que se ve. Algunos gerentes tienen pánico terrible a tomar estas decisiones. ¡Dios mío, cómo vamos a hacer eso a los votantes! ¡Aguerridos alcaldes, que necesitan mantener demagógicamente una asistencia que saben que es imposible y que les importa un huevo lo que pase en otros puntos a 2 km! (y si encima es de otro color político, entonces le ponen velas negras) ¡Fornidas asociaciones civiles que ejercen con sus vecinos el mismo respeto que Villarriba con Villabajo! Mientras estos personajes les echen un pulso al SESPA para ver quién la tiene más larga y dónde se ponen unos médicos que no existen, da lo mismo que se hable de medias, de desviaciones cuadráticas o de mapas sanitarios: la asistencia es mala y la paciencia de los profesionales se agota.
Una leyenda budista cuenta la historia del brahmán y su discípulo que encontraron un elefante atado con una cadena a una pequeña estaca. El discípulo preguntó por qué un animal tan poderoso no se liberaba. El brahmán le explicó que le encadenaron de pequeño y luchó tanto que acabó creyendo que nunca podría salir, por eso se ha dado por vencido y ya ni lo intenta, a pesar de su fuerza y su tamaño. Pero el día que el elefante descubra que ha crecido y se harte, sus carceleros van a llevarse un disgusto muy grande. Esto se llama indefensión aprendida, pueden buscarlo las autoridades sanitarias en la Wikipedia. No es buena idea tocarle la trompa a un elefante. Ni a los facultativos de Atención Primaria.