El muy desafortunado comunicado de Metges de Catalunya del pasado 20 de septiembre en el que “Davant el fets que s’estan produint aquest dimecres a Barcelona i a altres ciutats del país, Metges de Catalunya (MC), sindicat majoritari a la sanitat catalana, manifesta la seva defensa inequívoca de les institucions catalanes. L’organització mèdica censura les actuacions de les forces de seguretat de l’Estat contra el govern de la Generalitat, les institucions públiques i els seus alts càrrecs. La situació traspassa la qüestió estrictament política i cal defensar la democràcia, els drets i les llibertats fondamentals del poble català. Per aquest motiu, MC s’adhereix a les diferents mobilitzacions convocades per les organitzacions de la societat civil” y de la que se hace eco la página oficial de Ara, organización independentista y antisistema, ha merecido una tibia respuesta de CESM que “respetando la total autonomía de MC”, se posiciona a favor del Estado de Derecho y del imperio de la ley y apoya a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
Metges de Catalunya con su comunicado se decanta con toda claridad en favor del golpismo contra la democracia, por mucho que demagógicamente digan que defienden la “democràcia, els drets i les llibertats fondamentals del poble català”, argumentación palmariamente falsa como lo es casi todo hoy en Cataluña, desde una historia inventada (Reino Catálán-Aragonés (¿), Espanya ens roba (Pujol no, al parecer)), Estatut de Autonomía, Constitución, Reglamento del Parlamento Catalán, todo conculcado), pasando por rechazar la actuación en cumplimiento de resoluciones judiciales de los Cuerpos de Seguridad del Estado, entre los cuales se encuentran por cierto los Mossos, que no existirían sin el Estado de Derecho que pretenden asaltar y destruir.
A Metges de Catalunya le resulta muy normal que 1.7 millones de catalanes (los que se estima votaron en el anterior simulacro de referèndum) puedan decidir por 47 millones de españoles. Esta es su idea de democracia, fielmente alineada al más rancio leninismo. Obviamente Metges de Catalunya evidencia que no representan a los médicos catalanes sino sólo a quienes en un ejercicio de impostura pretenden imponer su voluntad sobre las leyes y normas y sobre la voluntad de todo el pueblo español, expresada con todas las garantías democráticas. Si Metges fuera una organización del Rosellón, posiblemente a estas alturas ya habría sido declarada ilegal.
CESM no puede respetar la “total autonomia de MC”. Hay cosas que no merecen ningún respeto y una de ellas es la colaboración o solidaridad con el golpe de Estado. CESM debe exigir que MC se retracte o debe expulsarla de su seno. Y por supuesto, ante la asamblea de FEMS (Federación Europea de Médicos Asalariados del 5, 6 y 7 de octubre en Málaga, el representante español Albert Tomás, ex-Presidente de CESM, debe condenar previamente el indigno comunicado de MC. De lo contrario, no representarà a los médicos españoles y debe dimitir o ser cesado. CESM tiene que actuar con toda contundencia si no quiere ser cómplice vergonzante. Para ese viaje que no cuenten con el SIMPA.
Nuestro reconocimiento a Patricio Martínez, Presidente de Honor de Metges y ex Secretario General de CESM, exponente del catalanismo culto e integrador, merecedor del máximo respeto de todos los españoles.