Tal y como están las cosas, sin límite asistencial y trabajando a destajo (alguien dijo: “en un sistema como de guerra”), pedir calidad en AP es ciencia-ficción.
Creo que ni el más optimista puede ver futuro por ninguna parte. La realidad de la AP se está haciendo en algunos lugares realmente insoportable, doblando agendas, atendiendo urgencias de otro turno, sin regulación en las “citas forzadas”, etc. Si aumenta más el caos, mejor que AP desaparezca.
Reflexiones realistas sobre la atención primaria