El exconsejero, que trabajó durante años como cirujano en el HUCA, ha dejado un inmenso hueco entre todos los que le conocieron y compartieron con él vida política, amistad o etapa laboral. Si en algo coincidieron todos los que ayer se acercaron al tanatorio Los Arenales, en Oviedo, a dar el pésame a la familia es en que Rafael Sariego fue un hombre comprometido, honesto, luchador y optimista. Fue el segundo consejero de Sanidad después de asumir las transferencias, llegó al cargo año y medio después.