Si el tamaño de las decepciones es directamente proporcional al de las esperanzas suscitadas previamente, la atención primaria española cerró el pasado viernes una de sus semanas más horribilis. Apenas 24 horas de diferencia separaban el esperado Consejo Interterritorial monográfico de primaria, que el ministerio llevaba meses prometiendo, de los actos de celebración del Día Nacional de Atención Primaria, que el Foro de todas las organizaciones del primer nivel había convocado un día después. Lo que se perfilaba como el escenario ideal para que los profesionales presentasen en sociedad el documento ministerial -refrendado por ellos mismos y por todas las autonomías- para la reforma de primaria, se transformó en un lamento unánime que Armando Santo, vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), resumió en una frase: “Ni financiación ni compromiso político”.
AP: entre el ‘quejío’ del profesional y el ‘quién se lleva la medalla’ del político
«El poder público está para aliviar no para hacer sufrir a las personas»