Los dirigentes del SIMPA descartan una división en la organización, mientras los descontentos con las guardias decidirán hoy su estrategia
“Como secretario general de un sindicato, no voy a defender injusticias ni insolidaridades para beneficiar a unos por encima de otros”. Así se pronunció ayer José Antonio Vidal, secretario general del Sindicato Médico de Asturias (SIMPA), sobre los acuerdos laborales y salariales alcanzados en las últimas semanas con el Servicio de Salud del Principado (Sespa), en el marco de una reunión informativa celebrada en Oviedo y dirigida a afiliados y simpatizantes de la organización de facultativos.
Como era de prever, el aspecto que suscitó más preguntas y recelos entre los asistentes fue la obligación de realizar guardias en algunos festivos y fines de semana que ahora pesa sobre los médicos veteranos de Atención Primaria, una actividad de la que llevaban eximidos desde hacía años. Los descontentos mantendrán una reunión en la tarde de hoy para decidir sus próximos movimientos. Sobre la mesa han puesto las posibilidades de crear un nuevo sindicato y de convocar una huelga.
“Se trata de repartir equitativamente el trabajo. En el SIMPA estamos todos de acuerdo en esto; el desacuerdo está fuera, en unas decenas de médicos por esas guardias de fin de semana”, manifestó el dirigente del Sindicato Médico Alfonso García Viejo en alusión a la ahora denominada Plataforma de Médicos Titulares de Asturias.
Antes de la reunión de ayer, el secretario general del SIMPA ya había expresado a este periódico los argumentos que más tarde expondría públicamente en la sala: “Los acuerdos significan entendimiento, que ganan todas las partes; lo contrario, un conflicto, es malo para todos”, señaló José Antonio Vidal, quien también negó que la organización sufra una división grave: “No es una fractura del SIMPA, sino una postura de determinados profesionales que están descontentos con algunos aspectos del acuerdo. La desaparición de la figura del eventual era un imperativo legal. El recambio generacional en la plantilla de médicos de Atención Primaria también nos venía impuesto. Por lo tanto, la precariedad laboral de los más jóvenes no se puede considerar parte del sistema”.
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