El colapso de la atención primaria, que ha llevado a los médicos a decretar huelgas y anunciar protestas en Galicia, Navarra, Cataluña, Aragón, Madrid, Extremadura, Andalucía y Comunidad Valenciana, son la última señal de que las costuras del sistema público de salud están a punto de saltar. La sanidad española, que antes de la pandemia presumía de ser una de las mejores del mundo, se topó de bruces en 2020 con la dura realidad, principalmente, la falta de medios humanos, sobre todo, médicos, para garantizar una atención de calidad a toda la población. Mantener un sistema de calidad para una población cada vez más envejecida es uno de los grandes retos que afronta España en la próxima década.