Necesitamos que los nuevos especialistas se queden en Asturias.

Ayer ofrecimos un desayuno informativo en nuestra sede, una suerte de rueda de prensa, dada la importancia de que todos los nuevos especialistas egresados se queden en Asturias; de no ser así 2025 puede ser un año muy oscuro para la sanidad pública en nuestra comunidad autónoma. Nuestro Secretario General, José Antonio Vidal expuso la actual carencia de profesionales, en clara relación directa con las listas de espera que sufren todos los asturianos.

Pero el mensaje tomó especial relevancia cuando fueron las propias residentes, nuestra Presidenta de Sección, Alba Pérez Arcoiza, y nuestra Vicepresidenta, Miriam Revuelta de Guzmán, las que dieron voz a las demandas de los egresados para quedarse.

Como bien explicaba Miriam, los lazos que les unen a la tierrina son fuertes y no se trata tanto de retribuciones como de las condiciones laborales que les han puesto sobre la mesa: “necesitamos un mínimo de seguridad, no pedimos lujos sino cosas básicas, contratos transparentes con los que sepamos a qué atenernos, una interinidad de un mínimo de 3 años que nos de estabilidad”. Que los nuevos facultativos que decidan desplazarse para cubrir una vacante, no se vean afectados por el concurso de traslados o bien, a resultas de la estabilización, en tan solo unos meses, es algo que ninguno está dispuesto a aceptar, “nadie lo aceptaría en ninguna otra profesión”.

Alba también expuso la situación “no regularizada” de los profesionales que, habiendo convalidado su título como Licenciados de Medicina, no han superado el proceso de formación sanitaria especializada. La situación excepcional de la pandemia abrió la puerta a su contratación, una puerta que el ministerio no ha cerrado todavía, dejando entreabierta la posibilidad de que renueven sus contratos y mantengan su actividad asistencial, aunque no sean especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. Al final, como bien explicaba nuestra presidenta de sección, esto conlleva una pérdida de contratos para los profesionales que sí han superado los 4 años de formación y son especialistas en su campo, y repercute en la calidad asistencial.

En el ámbito Hospitalario, la Presidenta de la Sección de Atención Hospitalaria del SIMPA, Marian Gutiérrez, y el propio Secretario General explicaron las necesidades perentorias que se tienen que atender para que estos contratos resulten tentadores a los nuevos adjuntos: además de estables y no interferidos por los procesos en curso (traslados, estabilización), también tienen que ser atractivos en lo profesional. En este sentido sería muy importante que se tuvieran en cuenta, para cubrir determinados puestos en la periferia, tanto la flexibilidad de la jornada como la conexión con los centros asistenciales grandes (longitudinalidad de la formación, docencia, investigación, etc). Estas son medidas que ya consideran, los aún por definir “puestos de difícil cobertura”, por eso sería muy necesario ir implantándolas mientras el resto de medidas del futuro Mapa Sanitario van cocinándose y, en todo caso, ofertar todas las vacantes en centros universitarios. Del mismo modo, valorar el atractivo económico, ya que especialidades como Dematología, Anestesia o Psiquiatría, donde las listas de espera alcanzan sus cifras récord, siguen penando por conseguir profesionales en una ardua batalla con la sanidad privada. Una guerra que jamás podrán ganar mientras estos profesionales sigan sufriendo la sangría retributiva de la exclusividad, un mordisco en sus nóminas de más de 1.000 euros mensuales, algo que ya reclamamos desde hace largo tiempo como una de las mayores injusticias laborales de nuestra comunidad autónoma, y que supera cualquier comparativa con el resto del país.

Finalmente se recordó a todos los medios asistentes que llevamos desde Abril con una propuesta de la propia administración, acordada en Mesa de Negociación, para recuperar la paga íntegra para los residentes, y que sigue sin desarrollarse tras todo este tiempo.

En definitiva, mucho que hacer si quieren que Asturias pueda combatir las carencias asistenciales y las listas de espera, ya que estas últimas, son proporcionales al déficit de facultativos para cada categoría. El mejor plan de choque es que se queden todo los residentes que hemos formado. Lo demás es palabrería.

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