Leo en el BOPA del día 26 de Septiembre la disposición en que se acepta la renuncia del candidato único a Director de un Centro de Salud de Gijón. No tendría mayor trascendencia el acto burocrático, si no fuera por el componente humano y profesional que hay detrás. La renuncia del candidato no se debe a no poder asumir técnicamente las funciones, ya que fue quien coordinó y desarrolló el Centro hasta fecha recientes, y con excelente aceptación de todo el equipo. Ni a cuestiones económicas, ya que el puesto aumentaría notablemente sus ingresos. Se debe a que ha decidido dedicarse por completo al trabajo sindical dentro de este nuestro SIMPA. Es actualmente el único compañero de Atención Primaria al que por su liberación se le puede encontrar en la sede cada día, respondiendo los problemas de todos sus compañeros, recogiendo los problemas y necesidades, negociando con Gerencias y autoridades de todo pelaje, y además es el responsable de Comunicación del Sindicato. No es trabajo cómodo, bien lo saben sus compañeros. Se ha pateado prácticamente todos los centros de Salud de Asturias varias veces, y por su labor de comunicación en la práctica está 24/7 pendiente de lo que ocurre. Complicado es razonar, convencer, discutir o acordar con unos y con otros con el único objetivo de obtener las mejores condiciones laborales para la profesión más bella y dura del mundo a partes iguales. Es una forma superior de la vocación primigenia: ayudar a otros. Un ejemplo de vida de ese tópico tan manoseado desde la pandemia y tan olvidado: “cuidar a los que cuidan”. Unos lo usan como slogan y otros como él sacrifican oportunidades profesionales por ello. Sirvan estas palabras de homenaje a los que posponen su propio beneficio, ayudando a transformar reivindicaciones en hechos para el bien de todos. Gracias, Diego.