La medicina de familia no es atractiva para los jóvenes licenciados. Ni siquiera parece serlo ya para los que ya llevan años trabajando como médicos de atención primaria. Es algo que ocurre en toda España, con un déficit de médicos generalizado, y que se ha agravado durante estos dos años de pandemia. «No quieren atención primaria por las condiciones», resume el presidente del Sindicato Médico del Principado de Asturias (Simpa), Javier Alberdi. «El propio servicio de salud establece un máximo de agenda diaria de 43 pacientes, de los que cinco son urgencias, y se están superando los 60 pacientes de forma habitual, todos los días», explica.
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