¡Alegría! Se recibe con buenas vibras, que diría un moderno, un presupuesto para la Consejería de Salud que supone un incremento del 9,25% para un IPC calculado a fin de año sobre el 3,5% (algunos dicen que 4%), es decir que sí es un crecimiento real notable, mientras la maldita inflación no se desmande. Seguimos a la cabeza de la inversión en Salud por ciudadano, perdonadme que use la palabra inversión, pero lo de “gasto” da la impresión que derrochamos a fondo perdido.
Positivas son también las partidas que se refieren para los temas más urgentes de la Sanidad Asturiana: los 57 millones para la lista de espera, los casi 60 para Atención Primaria, los 35 en inversiones y otros tantos en Salud Mental. Así vistos, la lectura inicial sugiere, por un lado, que la Consejería y el SESPA han intentado centrarse en los problemas que más acucian al ciudadano y, por otro, que se dispone de abundante dinero, vamos, que hay perres a esgaya.
¿Pero es todo celebración? Pues no lo sé, porque aunque las líneas estratégicas coinciden con las nuestras a grandes rasgos y con las de cualquiera que quiera hacer honor a su adjetivo de “responsable” sanitario, nos falta una, posiblemente porque vaya desgajada dentro de las otras y además suena feo: NO HAY SUFICIENTES MÉDICOS NI FACULTATIVOS PARA SACAR ADELANTE LOS PROYECTOS. No nos vengamos arriba, que por mucho que con los fondos europeos consigamos muchas máquinas tecnológicamente inteligentes, o que diseñemos los espacios arquitectónicos más sorprendentes, o que contratemos cientos de recepcionistas, el paciente seguirá aplicando la vieja inteligencia natural: querrá y necesitará ver al médico. Es algo demostrado científicamente.
¿Es que el presupuesto no contempla la captación, fidelización e incentivación de médicos?Suponemos que sí, que en los 125 millones y pico de aumento de gasto en personal van incluidas nuestras reivindicaciones históricas para conseguir suficientes médicos. Sin piloto no arranca el avión, y la competencia por pilotos es sanguinaria con otras CCAA, con otros países y con la Sanidad Privada. Sanguinaria y desigual. Hace unos días confesaba alegremente en Cuatro TV un camarero gaditano residente en Dublín con el habitual gracejo andaluz “gano más que mi hermana en España, que es cardióloga”. No sé a la Consejería de turno, pero a mi se me cae la cara de vergüenza.
¿Y en que hay que invertir para superar la carencia de facultativos y la sangría de médicos del Sistema Público? Pues en cuatro o cinco cositas, que al lado de esos macronúmeros palidecen, y que si no van de esta, no hay lista de espera que salga adelante ni con todo el oro del mundo:
- Pagar a todos los médicos y facultativos el mismo salario por el mismo trabajo. Ya se que parece un mantra de la Primera Internacional del Trabajo, pero el record español de reducción salarial por exclusividad que ostentamos ya empieza a ser indecente: este año ya superamos los 1000 euros mensuales de merma entre un médico que trabaje en el sistema público sus horas de jornada y el que hace las mismas horas pero por las tardes regenta un kiosko de pipas (si, la exclusividad se refiere a cualquier actividad privada). A ver: decirle a un dermatólogo recién acabada la especialidad, cuya inversión para una consulta privada es mínima, y cuyo sueldo neto son 2.600 euros sin guardias, porque casi ninguno las hacen, que encima le van a quitar 1000 euros y pagarle 1.600 mensuales por 35 horas semanales, es enseñarle un cartel que dice “A la Medicina Privada pura y dura, todo recto”. Lo que en su momento, en 1980, “premiaba el compromiso público” hoy favorece la huida de lo público. Y la Sanidad Privada pura y dura, empresarial y capitalista feroz, no la amable que hasta ahora se movía y ayudaba por el paraíso natural, frotándose las manos. También hace pocos días el presidente de Quirónsalud afirmaba “El modelo sanitario actual está agotado”. Por si no estaba claro.
Quien dice dermatólogos, dice psiquiatras. Por eso, en la inversión para Salud Mental, si cogemos un microscopio y aumentamos mucho, veremos que con letra micrométrica al lado de la palabra “contratar 6 psiquiatras” reza “si los encontramos”.
Bueno, ¿Y cuánto cuesta a las arcas públicas eliminar este anacronismo y esta vergüenza? En número redondos, dos millones y medio. Si, como lo leen, el 2% del aumento en “gastos” de personal. Si no se quita es porque algún interés raro se nos está escapando. Non ye por perres.
- Invertir en presente y futuro: los residentes. Y ya que hablamos de fidelizar y de captar, un objetivo prioritario: hay que conseguir que nuestros residentes no se vayan. No son el futuro, son el presente y necesitamos hasta el último. Y si es posible, que quieran venir aquí a formarse los mejores. Así que no estaría de más hacer un esfuerzo con ellos durante la residencia, no solo después. Somos unas de las últimas autonomías que no contemplamos un complemento de formación que empiece en R1 y tenemos una progresividad mala en su precio de hora de guardia, entre otras cosas. Ah, y a nuestros estudiantes les vendría bien que los profesores aumentaran en número y en dedicación, quizás algunos contratos de intensificación no estaría mal… Todo esto, vistos los números, es abordable pero claro, no sabemos si esta en sus planes. Y sería barato, muy barato… con menos de medio milloncejo, resuelto. Como diría la ministra “Ezo ez poco”.
- Combatir las listas de espera, ¡por supuesto!. A alguno les parecerá mucho 56 millones. Pero ello incluye no solo el dinero para “pagar tardes” sino que hay que pagar equipos enteros, no sólo a médicos, apertura de centros y mantenimiento en horario vespertinos… veremos como se distribuye todo. Renovar el obsoleto catálogo de programas que data de 2010 y ahora mismo bloquea algunos planes esenciales, como la reanimación postanestesia en quirófanos o los tratamientos del dolor, por decir dos listas de espera muy elevadas, o actualizar el valor de la hroa de trabajo y evitar la brecha entre actividades quirúrgicas , técnicas y médicas, es imprescindible. Solucionar todo esto apenas representaría unos 8 millones en dinero para facultativos para los que actualmente trabajan, el resto ya es aumentar proporcionalmente la cantidad si se encuentran profesionales dispuestos y se les fideliza. Si no hay profesionales para contratar, incentivar. Manual básico de gestión.
Y ya que estamos con programas especiales, seguro que empiezan a plantearse uno para cubrir de una vez los “puestos de difícil cobertura”, este año ya vamos a las 2.200 movilidades forzosas de facultativos entre Áreas y seguimos sin que la Administración se entere de donde están los puntos difíciles. Si esperan que mágicamente se rellenen cuando cojan los lápices de colores y empiecen a “fusionar Áreas”, igual resulta que entonces difícil cobertura es todo. Antes de cambiar el mapa sanitario hay que organizar el mapa de las personas. El número disponible de facultativos no permite hacerlo al revés sin ahorcarse. Y no es caro, calculen otros 8-10 milloncitos, vamos, tampoco una burrada visto lo visto.
- Potenciar la Atención Primaria. Bienvenido ese paso de la barrera psicológica de 25% en “gastos” de personal. Esperemos que sirva para solucionar diferencias también vergonzantes, como que los compañeros del SAMU perciben menos retribución a igualdad de horario ( y diferente responsabilidad) que sus compañeros enfermeros. 200 euros mensuales menos, para ser exactos. Los profesionales que atienden a todo un Área tienen diferencias en su productividad fija de cientos de euros, en concreto los médicos de paliativos y odontólogos perciben la mitad y los farmacéuticos nueve veces menos que un médico de Familia. Eso sí, los técnico de Salud, que también son de Área, se les equiparó por iniciativa de la Administración este año. No todos parecemos hijos de los mismos padres. .
Y seguro que este año se ponen las pilas y de una vez eliminan la vergüenza de que los médicos de AP sigan usando su vehículo para desplazamientos y siga pagándose de su bolsillo la comida en las guardias. Prometieron pilotar medidas compensadoras hace un año, pero aquí seguimos. Arreglar todo esto en Primaria no llega al millón. Otra calderilla. Y les queda dinero para finalizar al reforma de la Atención Continuada, un epígrafe que merece artículo aparte.
- Cumplir lo prometido. Tampoco hay que olvidar que dentro de esa presupuestación van partidas para las cuestiones ya prometidas, algunas presupuestadas en 2023 y no ejecutadas, y que hay que poner en marcha. La más rotunda, el encuadramiento extraordinario de la carrera profesional, que al sumarle el desarrollo tiene un montante de 60 millones que de pagarlo a tocateja bloquearía otras inversiones, y por eso está negociándose segmentarlo, no porque no se lo merezca todo el mundo, sino porque todas las discriminaciones explicadas hasta aquí hay que atenderlas también, aunque a algunos les importen un pimiento morrón. Nosotros lo tenemos claro: es peor la injusticia que la escasez. Otra cuestión que poco a poco parece que normaliza es la concesión de exención de guardias y módulos de actividad para facultativos mayores de 55 años, hito histórico reconquistado en este 2023, que ayudará a paliar las listas también. Y un reconocimiento al trabajo de nuestra magnífica Comisión de Igualdad, apoyada por nuestra Asesoría Jurídica: en breve se comenzará a aplicar el prorrateo de guardias a las facultativas gestantes en puesto compatible y exención durante el embarazo. Todo eso no cabe duda que ya va en el presupuesto, pro eso no ye pa tanto.
Y hay más, pero para no aburrir, vamos a dejarlo aquí. En resumen, nos congratulamos de que haya presupuesto aparentemente suficiente para muchas cosas, no para todos, claro, pero las que pedimos son de clarísima justicia y necesidad. Necesitamos aún 500 médicos y facultativos para rellenar la plantilla orgánica del SESPA. ¿Será por perres?