Ayer los pacientes del Centro de Salud del Naranco, tuvieron que ser derivados a otros Centros Urbanos de Oviedo ante la imposibilidad de ser atendidos en su Centro. Las quejas de los pacientes son una consecuencia. Otra es la presión a la que se ven sometidos los médicos de los Equipos Domiciliarios ante la imposibilidad de dar respuesta a dos demandas distintas. Y otra es la sobrecarga asistencial que se produce en los dispositivos cercanos. Un ejemplo es el Centro de Salud de Pumarín, el más cercano, que ve aumentada su ya elevada demanda asistencial durante las guardias. Cuando las cosas no se hacen bien, las consecuencias llegan más bien pronto que tarde.