La falta de médicos se generaliza por todo el Sistema Nacional de Salud. Todas las medidas deben ir encaminadas a mantener fidelizados a los profesionales, mejorando las condiciones laborales y retributivas. La alternativa es el éxodo en busca de mejores sistemas que traten mejor al facultativo. Eso sí, y aquí, ¿quién quedará para atender a la población?
Maribel Vicente, médica de familia de 47 años con dos hijas, rompió el año pasado con su inestabilidad laboral en Granada que duraba décadas para mudarse a Le Mans (Francia), donde ahora cuadruplica su sueldo (de 2.300 a 10.000 euros), atiende 20 pacientes por día cuya prioridad decide ella misma y ha tenido alojamiento gratuito durante el primer año. “Me fui por el maltrato del Servicio Andaluz de Salud (SAS), tanto económico como de sobrecarga de trabajo: tenía cinco minutos por paciente, hasta 50 al día, cuadrantes incompatibles con la vida familiar y guardias cuando no estábamos obligados. Te cansas de que te den un puntapié todos los días, un maltrato verbal diario de los pacientes y amenazas desde la Administración. Era sangrante”.