Cada verano, vuelve la misma suciedad a contaminar el río Nalón, y a la altura de Riaño los sedimentos van depositándose en la cabeza de los irresponsables que dirigen el destino sanitario del Área VIII.
Cada año vuelve la misma situación que deteriora la asistencia un poquito más, y que a nadie le importa, salvo a los médicos sufrientes, claro. Este verano los efectivos médicos de Atención Primaria serán aún menores que en el pasado, por la finalización tardía de los residentes de la “generación COVID” (mira que lo pedimos…) y por la falta de los que han aprobado la OPE en Castilla y León, a los que les queda un mínimo de un año allí (esto, por la inoperancia del poder ejecutivo en modificar una frase de un Decreto…). A estos factores se suma que apenas se han solicitado inscripciones en bolsa de empleo y es la que resulta menos atractiva por algunas razones que aquí vamos a tratar.
La atención continuada, las guardias, en los Centros de Salud, es extraordinariamente asimétrica. Mientras La Felguera languidece con un único médico para atender las urgencias, quedando descubierto el centro si se presenta una atención domiciliaria, Riaño disfruta el lujo asiático de un médico para apenas diez pacientes al día… a 100 metros de un Hospital extraordinariamente dotado.
Cualquier conocedor de la economía de la salud, y se supone que los gestores lo son (¿?), sabe que los recursos escasos hay que cuidarlos y no despilfarrarlos. Los recursos más escasos en sanidad ahora mismo son los médicos. Ante tal situación de escasez, no habría dudas: hay que cerrar Riaño y concentrar en La Felguera, dejando allí los dos facultativos de guardia. Cada uno trabajará más que en Riaño, vale, pero nunca dejará descubierto el centro. Los desplazamientos desde Riaño son un inconveniente menor. Cuando haya facultativos suficientes, reevaluar.
Pues todos los años el mismo déjà vu: la Gerencia puede tener la intención pero la orden superior es hacer caso… a los vecinos, que son quienes dirigen el área. Para qué negociar con la gerencia si puedes tener línea directa (telefónica) o indirecta (Twitter) con el chaval fuerte de Laviana que ya nos lo arregla, “que pa eso lu votamos”. Vecinos cuyos líderes son dignos herederos del espíritu minero, no del combativo, sino del otro, del egoísta, del cagünmimantu, del que “si no tienen que lo afayen que pa lo suyo bien que tienen” y otros tópicos del babayismo astur que simplemente significa que les importa una mierda la situación de los médicos que les atienden: “yo te pago, chaval, y onde pago cago”, o de los demás vecinos del municipio (“en La Felguera que se jodan, que creense más”), o de los recursos disponibles, o de la Atención Pública de salud: ellos quieren un médico en el portal al lado de casa, y punto. Vuelven las AAVV a decir delante del Hospital, situado a cien metros del Centro de Salud, que se oponen a su cierre los Sábados, en un ejercicio de ineficiencia que sonrojaría a cualquier gestor mínimamente decente.
Y ante esto, a los médicos no nos queda otra que rebelarnos otro año más. Los que quedan, claro. Está claro que sus protestas son de segunda (es más efectivo Twitter, donde vas a parar), tampoco preocupa mucho una huelga (igual así si pueden cerrar… y echar la culpa a los médicos).
Pues con estos mimbres, aquí solo hay una solución: cuidar la salud laboral de los que no se pueden ir del área, y el que pueda, que se reubique en otras áreas. Estrés cero. Hacen falta médicos a montones en otros sitios. Lo que están sufriendo en el Área VIIII es una agresión en toda regla, consentida por unos grupúsculos ciegos de autocomplacencia y empoderados por la dejación de poder de unos políticos serviles. Los médicos que quedan tienen vocación de servicio público, no de servilismo a nadie, y tratan inútilmente de salvar a sus pacientes de sus propios vecinos. ¿Para qué? ¿Es su función?. No, lo hacen por humanidad, mucha más que la de sus verdugos. Cuando no tengan médicos que reclamar, van a tener que aceptar que no se puede saber de todo. Y que no basta con sacar pancartas. AAVV ultracrepidarias, políticos demagogos y gestores serviles: estáis generando una ineficiencia que machaca a los escasos médicos que os quedan. Ateneos a las consecuencias. Y si tenéis que buscar en el diccionario muchos de estos palabros, antes de actuar pensad en aprender un poco más.
Cuando ya no solo cierre Riaño, sino también muchos otros, podrán ustedes enterrar la Medicina Pública del Área. Ya les damos el epitafio.
“Yace aquí la medicina
pública y primaria fuera,
que de ventaja tuviera
para todos ser cercana.
Y por no ser respetada
y confundir la manada
el público servidor
con el borrego servil,
se quedo sin porvenir
y sin médicos aquí.
Mas no se lamente, amigo,
no todos serán penados,
si le quedan cuatro perras
siempre podrá consolarse
con un seguro privado”.
Enlace a la infausta noticia: El COMERCIO