Este domingo uno de los editores de esta web recibió a media mañana una llamada urgente de su hija “El abuelo de mi novio está mal, le duele el pecho y se le va a la espalda, ¿vienes?”. respuesta. “Si, pero llama al 112 y explícalo, llegarán antes que yo y son quienes pueden salvarle”. Efectivamente: recepcionada la llamada por el Centro de Control de Urgencias (CCU, “héroes anónimos” capaces de discernir cómo deben de repartirse los limitados recursos móviles de emergencias sanitarias entre toda Asturias en función de la gravedad), enviaron una UCI móvil a su casa y en cuarenta y dos minutos más tarde, ni uno más, estaban realizándole la Angioplastia en la Unidad de Hemodinámica del Hospital. Por si nos lee algún dirigente sanitario no familiarizado con la terminología, estaban salvándole de un infarto agudo de miocardio. Una máquina perfectamente engrasada. Pues bien: tanto en el CCU como las UCI móviles del Servicio de Salud trabajan nuestros compañeros médicos del SAMU. El SAMU es el servicio de atención médica urgente que lleva varias décadas trabajando en nuestra comunidad. Pocos se acuerdan de ellos más que cuando escuchan sus sirenas, y solo los ponen en valor el día que los necesitan. Y desde luego, muy pocos saben de la situación retributiva de sus médicos, y de ellos, solo el SIMPA por ahora se ha preocupado. Va siendo hora de hacer justicia.
Muchas veces nos olvidamos de que es el servicio que representa “lo sanitario” en cualquier emergencia que pueda surgir y como tal, en estas situaciones se pueden enfrentar a peligros y sustancias potencialmente dañinas o tóxicas. Otros cuerpos de emergencias cobran un plus de peligrosidad y toxicidad por estos potenciales riesgos, plus que nunca se ha reconocido a los sanitarios.
Además, los sanitarios del SAMU trabajan a turnos (teniendo el personal facultativo y de enfermería la mismísima cartelera anual), realizando, por tanto, su jornada ordinaria indiferentemente de día, de noche, en domingos, en festivos o en festivos reconocidos como especiales…o sea los de Navidad y nuestra fiesta autonómica el 8 de septiembre. Esta “indiferencia” es recompensada en el cuadro de retribuciones de tal forma que por cada hora de noche, por cada hora domingo o festivo, por cada hora de noche víspera de domingo o festivo y por cada hora de víspera o festivo especial se abona un incremento a la cuantía de jornada ordinaria. Parece lógico ¿Verdad?…
Pues esta lógica, en el SAMU solo es contemplada para el personal de enfermería. La hora médica de trabajo vale lo mismo un jueves de día, que un martes de noche, que un domingo o la fiesta de San Mateo, que una noche víspera del Carmen o cualquier día de festividad navideña. Hasta la tabla retributiva del 2023, esta injusticia se intentaba suplir con un complemento de jornada irregular que resultaba insuficiente (el SIMPA siempre lo denunciaba y reclamaba su aumento en las negociaciones de presupuestos, pero NUNCA era apoyado ni por la Administración ni tampoco por otros sindicatos). Pero desde el incremento (por otra parte, totalmente lícito y merecido) de los conceptos por estas horas “especiales” en la tabla del 2023, la injusticia se ha hecho inmensa. El personal medico del SAMU cobra menos que sus compañeras y compañeros de enfermería, con idénticas carteleras y más responsabilidad.
Las médicas y médicos del SAMU lo han llevado a varias reuniones con la administración al amparo de este sindicato…En todas esas reuniones, la lógica afortunadamente se va imponiendo y parecen haber entendido esta insostenible injusticia…solo falta ver hasta donde se va a transformar en la nueva tabla retributiva….y cuando. La justicia tardía no es justicia, y ya llevamos casi un año. De no resolverse…quizás la tranquilidad se acabe y la negociación de paso a otras medidas.
Suponemos que desde el SESPA, se defienda a sus médicos y médicas del servicio de emergencias sanitarias, que valoren y por tanto retribuyan como se merecen el poder prestar a la ciudadanía su profesionalidad 24h por 365 días al año. No basta el agradecimiento, hay que demostrar que se quiere defender a los profesionales que toman la responsabilidad en los momentos más cruciales de la salud de las personas. Debemos cuidarles como ellos hacen con nosotros, y atenderles con la misma celeridad. Las emergencias retributivas son más sencillas, lo que ellos hacen no tiene precio.