La situación vivida por el covid y la llegada de las consultas telefónicas han intensificado el debate sobre los centros de salud asturianos, con movimientos ciudadanos y profesionales reivindicando mejoras. Tres médicos de atención primaria –Joaquín Aracil, que ejerce en Oviedo, y María José Sánchez y Alfonso García-Viejo, que lo hacen en Gijón–, integrantes del grupo de más de cuatrocientos que expuso en una carta pública sus peticiones, analizan los problemas que, a su juicio, debe afrontar con premura un servicio básico para la sanidad pública
Esta no es una crítica a los compañeros del SAMU y mucho menos a la soledad y tremenda dificultad de los médicos del CCU. Es una crítica a unos sistemas mal diseñados, nada evolucionados y peor gestionados que no se han sabido modificar tras valorar sus carencias.
La Atención Primaria en Asturias atraviesa momentos difíciles. A los efectos de la pandemia, se suman años de políticas de personal desafortunadas y recortes. Además de problemas de organización, que padecemos desde hace décadas y que nadie ha querido afrontar, condicionando muy negativamente nuestro trabajo, produciendo ineficiencias innecesarias (al obligarnos a cubrir papeles inútiles, informes prescindibles para las inspecciones, actualización de receta electrónica impresa y citando al paciente), y una muy larga lista de cosas absurdas.
Si “la política es el arte de resolver problemas”, en nuestra atención primaria ha brillado por su ausencia. Probablemente, a pesar de las declaraciones, no éramos importantes para los que dirigían la Sanidad.
Como reza el dicho anglosajón, “a veces el diablo está en los detalles”, refiriéndose a que en ocasiones las pequeñas cosas del día a día son las que hacen que funcione cualquier actividad humana.
El pasado 1 de junio, 435 médicos de Primaria de Asturias firmamos una carta publicada en la prensa regional en la que detallamos nuestras reivindicaciones. El Sespa respondió elaborando un documento de desburocratización, cuya puesta en práctica aún esperamos. Muchas de nuestras peticiones siguen sin recibir respuesta, ese documento ni nos parece suficiente ni es la única solución, vamos a seguir reivindicando todos esos “detalles” y esta es la primera entrega.
Hoy queremos referirnos a un problema presente hace años y que complica aún más nuestro panorama profesional: el 112 y la relación con ese servicio.
Cada día, los médicos de atención primaria de Asturias nos preguntamos al empezar el día: “¿Me tocará hoy otra vez la llamada del 112?”.
¿No éramos importantes? “La joya de la corona del mejor sistema sanitario del mundo”. Pero ¿cuándo le va a tocar el dinero invertido a la atención primaria?
Hablamos de algo que ocurre con demasiada frecuencia y que altera significativamente nuestro trabajo. “Doctor, soy la operadora (o el médico de sala) del 112, dentro de 5 minutos le recogerá una ambulancia en la puerta de su centro de salud para atender a un paciente inconsciente en la calle. No tenemos UVI móvil disponible y debe ir usted, (nunca tienen UVI móvil y siempre hay un médico de primaria al que ordenar con urgencia, y a veces no con el mejor tono, hacer algo que no debería corresponderle). En ocasiones, en algún sitio (Gijón, por ejemplo) tampoco hay ambulancia disponible y el médico debe ir andando o por sus medios. ¿Cuál es la consecuencia? Que debemos abandonar la consulta de forma inmediata y a los pacientes citados, sentados en la sala de espera, por un tiempo desconocido (media hora, una hora, más…), y salir a comunicar a una audiencia enfurecida que se suspende la consulta y que pueden escoger entre esperar allí, volver más tarde, o citarse para otro día. A veces el “servicio” incluye acompañar al paciente al hospital y, cuando un taxi esté disponible y te retorne a tu centro, regresar más de una hora después. Cuando el paciente corresponde a uno de tus asegurados, nada que objetar: forma parte de tu trabajo y se hace.
El problema es que en un gran número de casos, el paciente no corresponde a ese centro de salud, ni al médico al que se levanta de la consulta (alguien de visita en esa localidad, un turista con un síncope, un ictus, una persona sin hogar con etilismo, un paciente inconsciente y sin identificación, un estudiante de una facultad con una crisis epiléptica…) Se supone que para ese tipo de situaciones existe el 112, pero debido a una falta de recursos crónica, de personal y de medios, la carencia se suple recurriendo al personal de Primaria, que es como el chicle y sirve para todo. Y esta es una de las gotas que colman nuestro vaso. Otro “detalle”.
Nos consta que hace unos años desde del 112 se elaboró una propuesta al Sespa para hacerse cargo de ese tipo de atención. Incluía una dotación en medios y personal adecuada y una reorganización del servicio. El proyecto no se llevó adelante por la opinión de los que piensan de que todo lo que ocurre fuera del hospital debe ser asumido por el médico de familia y creen defender la especialidad reteniendo competencias, o impidiendo que otros se hagan cargo de ellas, en lugar de asegurar recursos. Y, en parte, también por las políticas de recortes.
Señores del Sespa, esto no tendría que seguir ocurriendo y deberían encontrar una solución. Por la dignidad de los profesionales de Primaria. Por la grave alteración que produce en nuestro trabajo. Por la mala atención que se presta al usuario con esta práctica. No pueden seguir constantemente haciendo profesión pública de aprecio y respeto a la atención primaria, resaltando lo importantes que somos en nuestro sistema sanitario, y dejar sin afrontar problemas como este. Como dice Rafa Bravo, lo del “eje y puerta de entrada al sistema ya no se lo cree nadie, salvo como utopía para engañar a las nuevas generaciones”. No nos cuenten milongas. Hagan un poco de política, por favor.
Probablemente, la excusa para no hacerlo sea la de siempre: “Ahora no hay dinero”. Leemos en la prensa estos días “inversiones de 13 millones de euros en alta tecnología para el HUCA”. Merecida y necesaria, probablemente. Deben pensar que cuando toman decisiones presupuestarias (no solo en Sanidad, a veces en partidas pintorescas) están eligiendo prioridades. ¿No éramos importantes? “La joya de la corona del mejor sistema sanitario del mundo”. Pero ¿cuándo le va tocar el dinero a la atención primaria?
Continuaremos…