El uso de la mascarilla es obligatorio desde hoy a las 0.00h en los centros sanitarios asturianos (“excepto en los menores de 6 años y quienes necesiten de una interacción verbal y/o gestual que sea importante para el trato con el paciente”) en el Principado. La medida se extenderá también a las oficinas de farmacia y se prolongará al menos quince días (hasta el próximo 22 de enero).
La decisión del Gobierno regional se ha tomado después de que terminase sin acuerdo la reunión de los consejeros de Salud de las comunidades autónomas con el Ministerio en la que estaba previsto adoptar esa decisión. No obstante, algunas comunidades autónomas ya habían decretado la obligatoriedad del uso de mascarillas en sus centros sanitarios (Cataluña, la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia).
Dada la saturación actual de las urgencias tanto hospitalarias como de atención primaria, la ocupación de las uvis y camas hospitalarias, y todo ello sumado, a la baja incidencia de la tasa de vacunación entre la población, la medida está claro que llega tarde y como consecuencia se ha tensionado la red sanitaria a pesar del esfuerzo de sus profesionales. Las sociedades científicas hacía tiempo que venían reclamando medidas preventivas y la culpa es a repartir a partes iguales entre el Ministerio y el Principado.
Los centros de salud siguen con una alta presión asistencial, y a ésto se añaden las bajas por enfermedad de los profesionales (los médicos que atienden a enfermos también se contagian). No obstante, hacía semanas que muchos profesionales habían vuelto a usar la mascarilla para atender a los pacientes. Algo mal visto porque las recomendaciones oficiales eran sólo para aquellos que “tuvieran síntomas”. ¿Os acordáis de los famosos pacientes “asintomáticos contagiadores “durante la pandemia, y la importancia de que todos usáramos la mascarilla? En aquellos momentos primó más el lugar (centros sanitarios, centros geriátricos, etc.) que los síntomas. Llevamos todo el invierno viendo a gente tosiendo a retorcer y sin mascarilla en autobuses, bares, salas de espera, etc. Pero parece que lo de la mascarilla no caló (nadie quiere ser un apestado).
Por lo tanto, volvemos a la casilla de inicio:
- Mascarilla
- Gel hidroalcohólico
- Ventilación
- Lavado de manos
- Etc
Incluso las sociedades científicas van un paso más allá y proponen determinación de zonas separadas en las salas de espera para pacientes respiratorios.
La posible implantación de la declaración responsable para ausencia de 3 días por parte del trabajador podría aliviar algo la presión asistencial. Como muestra un botón, el 1 de enero del 2024 acudieron a un centro de urgencias de primaria de Gijón 30 personas durante el turno mañana-tarde solicitando un justificante para la empresa porque estaban enfermos.
Lo peor de todo, es que creemos que ni los poderes públicos ni muchos ciudadanos han aprendido de esta situación. Vamos a guardar este artículo porque probablemente lo volvamos a publicar integro el año que viene.
¡Mucho ánimo a todos!