Las conversaciones para mejorar las condiciones retributivas del personal se suspenden «sine die» y el Simpa lanza un aviso a navegantes: «No descartamos la huelga»
Tras la tempestad, no vino la calma. La resaca de la manifestación que los sanitarios asturianos celebraron el domingo, con 4.000 profesionales protestando en la calle por sus condiciones de trabajo, estuvo marcada por las críticas políticas a la gestión de la sanidad pública asturiana y por la tensión sindical. Crispación que tuvo su traslado a las negociaciones que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) mantiene con los sindicatos para mejorar las condiciones salariales del personal. De hecho, esas negociaciones han quedado suspendias «sine die» al «enrocarse» la reunión convocada para este lunes.
Los trabajadores del Sespa que salieron a la calle el domingo en Oviedo, de todas las categorías profesionales y áreas sanitarias de Asturias, proclamaron que «los sindicatos no nos representan» e insistieron en desvincular su acto de protesta de cualquier interés político. Ayer, no faltó quien lo pusiera en duda. El Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa), liderado por José Antonio Vidal, quiso remarcar que la iniciativa «es ajena a las organizaciones sindicales y responde a intereses muy dispares, incluido de índole político».
En cualquier caso, «que unos 4.000 profesionales del ámbito sanitario salgan a la calle significa que hay un importante malestar» y el Simpa «no está ni mucho menos conforme con el funcionamiento de la sanidad pública asturiana», de ahí que «estemos poniendo sobre la mesa en las negociaciones de estos días con el Sespa las reivindicaciones que estimamos necesarias para mejorar las condiciones de nuestros afiliados».
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