El Principado se plantea «establecer mecanismos» que agilicen el acceso a los centros asistenciales y garanticen un intervalo entre sesiones adecuado
La mala salud mental supone «una carga muy importante como enfermedad», superando a los accidentes cerebrovasculares, la diabetes o el alzhéimer, y la tasa de suicidios en Asturias es la mayor del país, lo que supone «un problema social de primera índole». De ahí que la Consejería de Salud haya previsto una batería de medidas para que trasciendan las elecciones autonómicas del próximo domingo o, al menos, eso esperan sus actuales responsables políticos.
La estrategia a desarrollar por el Principado incluye «establecer mecanismos para la mejora del acceso a los servicios de salud mental». En esta misma línea, también «se implementarán las medidas necesarias para disminuir el espacio entre consultas». Se trata, en definitiva, de agilizar el tiempo de las primeras consultas, además de garantizar «unos intervalos entre sesiones que permitan desarrollar un trabajo terapéutico eficaz».
En Asturias, el tiempo medio de espera es de 24 días en los dispositivos de salud mental dirigidos a la población adulta y de 26 días en la red infanto-juvenil. La demora en la atención a niños y jóvenes ha aumentado en cinco días con respecto a 2019, el año previo a la pandemia del coronavirus. No ha ocurrido lo mismo en los centros asistenciales de adultos, donde se redujo el tiempo de consulta un día durante ese mismo período.
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