El día que tenga un problema…

Los médicos no somos mecánicos, no arreglamos objetos, arreglamos personas, por eso un “problema laboral”, en nuestra profesión, es tan delicado. Porque cualquier problema en el equipo de personas que nos cuida repercute negativamente en la asistencia que prestamos a nuestros pacientes y nosotros, pagamos un precio muy alto en términos de salud mental. Nadie quiere pasar veinticuatro horas de su vida trabajando codo a codo, en el mismo espacio cerrado, con la persona que le genera conflicto. En pocas profesiones se da el caso de tener que consensuar tu opinión clínica en medio de una guardia, con aquella persona con la que acabas de chocar, para tomar decisiones por el bien de tu paciente. Y es que nuestro trabajo no está nada segmentado, pero aguantamos, porque como ya hemos repetido muchas veces, la vocación persiste pero la abnegación ya pasó de moda.

Prueba de ello, es que ayer por la tarde los residentes, que bien podrían estar disfrutando de un día de sol con sus amigos, decidieron pasar ese tiempo con nosotros. Porque tienen problemas laborales, como todos, pero no tienen recursos para resolverlos, porque hasta no hace mucho tiempo, eran para muchos la base de la pirámide que les sostenía. Ahora, como bien dice nuestra vicepresidenta de la Sección de Residentes, Miriam Revuelta de Guzmán, TODOS vamos en el mismo barco, y nos hundiremos irremediablemente si no remamos juntos, hombro con hombro.

Compañero, puedes nadar en solitario, quizá nunca encuentres dificultades en el camino y la corriente te ayude a llegar a la orilla, pero la travesía es muy larga. Te invitamos a subir a nuestro barco, tenemos al mejor capitán, José Antonio Vidal, nuestro Secretario General, que jamás pierde el rumbo y, para tratar con piratas, tenemos al mejor Contramaestre, aquel que sabe dirigir paso a paso a la marinería en el peligroso mundo del derecho, nunca ha perdido un combate, nuestro abogado Pérez-Villamil.

Recuerda que la afiliación como residente es GRATUITA, no cobramos pasaje, los adjuntos remamos por ti durante los años más difíciles de nuestra formación. ¿Quién os lo iba a decir?

Los asistentes ayer ya saben a quién preguntar y a quién contar sus problemas para que tengan la mejor solución, ¿y tu?… ¿qué harás el día que tengas un problema?

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